El Olor de los Ángeles, Demonios y Espíritus--- Significado De Olores Repentinos

Giovanni Papini nació en Florencia el 9 de enero de 1881. Él mismo narró su penosa infancia y juventud en un libro autobiográfico de 1913 que tituló UN HOMBRE ACABADO. De formación autodidacta, hacia los veinte años se reveló como periodista de clase y garra, escribiendo en publicaciones de las que era fundador y director, tales como LEONARDO, L´ANIMA, LA VOCE, LACERBA y otras. También ejerció como redactor jefe de “REGNO”, diario nacionalista florentino. Por aquellos años se vivía en Italia una revolución republicana y anticlerical que iba desde las calles a los palacios. Un hecho concreto, referido por José Miguel Velloso, nos da la medida de aquél año 1881, nacimiento de Papini. Se trasladaban los restos del Papa Pío IX de la basílica de San Pedro a la de San Lorenzo. La multitud entonaba canciones de dudoso gusto, al tiempo que se oían los gritos estentóreos de: “¡Al río el Papa!”, “¡Muera el Papa!”, “¡Mueran los curas!”. Un periódico de la época reseñó el acontecimiento con las siguientes palabras: “Roma vio al papado arrastrado por las calles de la ciudad ante el escarnio de la gente”. El padre de Papini se contaba entre los anticlericales y ateos de la época, y en este ambiente creció el autor de GOG. En 1906 salen los primeros libros importantes de Papini: EL CREPÚSCULO DE LOS FILÓSOFOS y LO TRÁGICO COTIDIANO. Su último libro fue JUICIO UNIVERSAL, una obra fuera de lo común. Mérito de esta obra, entre otros, es que Papini, privado de casi todos los sentidos a causa de una desastrosa enfermedad, fue dictando trabajosamente las palabras, una a una, a su nieta Anna Paszkowski. Con una increíble tenacidad y resistencia al dolor, poco antes de morir el 8 de julio de 1956, escribió: “Yo muero un poco cada día, según el módulo homeopático, pero espero que Dios me concederá la gracia, a pesar de mis errores, de alcanzar la última jornada con el ánimo entero”. En una biografía de breves páginas, el rumano Vintila Horia divide la vida de Papini en tres grandes fragmentos: “Su juventud representada por UN HOMBRE ACABADO; su conversión, que va a parar en LA HISTORIA DE CRISTO, y todo el resto, que se concentra alrededor de la idea del JUICIO FINAL, el libro que llenó todos sus esfuerzos y con sus gemidos toda la madurez y la vejez de Papini”.