ENFOQUE DE GENERO - FIN DEL MUNDO John Macarthur

Ahora llegamos al estudio de la palabra de Dios en Mateo capítulo 24. Mateo 24 y 25 son conocidos como el discurso del Monte de los Olivos. Es un discurso o un sermón que dio nuestro Señor Jesucristo en el Monte de los Olivos. Su tema es la segunda venida de Cristo. Entonces, es su propio sermón, su propio mensaje acerca de su propia segunda venida. Es un mensaje glorioso, glorioso. Y esperamos con gusto el entender sus grandes, grandes verdades. Y simplemente para darle algo de contexto, necesita recordar que Jesús vino a Israel para ser su Redentor, su Salvador, su Libertador, su Mesías, su Rey, pero Juan dice, “a los suyos vino y los suyos no le recibieron. 33 años después de que él entró a este mundo, él está a punto de salir. Él comenzó su ministerio al ofrecerse a sí mismo al pueblo de Israel, y él lo terminó al ser rechazado por ellos. Solo está a unos días antes de que él sea ejecutado en una cruz por el pueblo mismo, a quien él vino a salvar y a gobernar. Ahora, si usted nos ha acompañado en nuestro estudio de Mateo, usted sabe que él acaba de dar un pronunciamiento final de juicio contra Israel. Sus palabras están en el versículo 37 del capítulo 23, “Oh Jerusalén, Jerusalén, tú que matas a los profetas y apedreas a los que te son enviados. ¿Cuántas veces quise reunirte como la gallina reúne a sus pequeños bajo sus alas, y no quisisteis? He aquí vuestra casa os es dejada desierta. Ese es el último discurso público que jamás dio al pueblo de Israel. Sus palabras finales para ellos son palabras de juicio, él nunca predica otro sermón. En el capítulo 21, capítulo 22 y el capítulo 23 él pronunció juicio sobre la nación de Israel, juicio sobre los líderes falsos, y juicio sobre el pueblo que siguió sus engaños. Su juicio vino en forma de afirmaciones directas de juicio, vino en forma de parábolas de juicio, y finalmente en el capítulo 23 una denuncia literalmente sangrienta, de los líderes falsos que desviaron al pueblo. Y él cierra al decir, “vuestra casa os es dejada desierta.” Un pronunciamiento de juicio. Pero ese pronunciamiento de juicio, lo que es muy interesante, es seguido en el versículo 39 por estas palabras, “porque os digo que no me veréis hasta que digáis: bendito es el que viene en el nombre del Señor.” Ahora, el que viene en el nombre del Señor es un título mesiánico. Y él dice, no me volverán a ver hasta que venga como Mesías y Rey. Entonces, por un lado, él pronuncia juicio, por otro lado, él dice, regresaré. Por un lado, él dice, su casa les es dejada desierta, por otro lado, él dice, regresaré, por así decirlo, para restaurarla otra vez. Ahora, esta conclusión en particular de su mensaje, sin duda alguna llenó los corazones de sus discípulos de gran esperanza. Seguro, ellos oyeron que él pronunció juicio, pero ellos también oyeron que él vendría como el que establecería su reino. Ellos habían esperado esto todos los años que habían estado con Jesús. Y yo creo que, en este momento mismo, al término del sermón en Mateo 23, los discípulos probablemente estaban en el punto alto de su experiencia con Jesús, a lo largo de todos los tres años de su ministerio. Lo oyeron decir que él iba a traer juicio, y también lo oyeron decir que él iba a venir en el nombre del Señor, una verdad mesiánica. Y entonces, pensaron que debido a la manera en la que entendieron los profetas del Antiguo Testamento, como vimos en nuestro último estudio, que esto había llegado a su clímax. Él iba a venir para traer juicio, y ese juicio sería una limpieza, y después inmediatamente sería seguida por su reino. Ellos creían que estaban al borde del reino mesiánico. De hecho, en Lucas capítulo 19, tenemos un versículo que realmente apoya esa idea. En Lucas 19:11, escuche esto, “conforme oyeron estas cosas, él añadió y habló una parábola, porque él estaba cerca de Jerusalén”. Aquí es dónde están camino a Jerusalén, al principio de esta semana. Y dice que él añadió esta parábola porque pensaron que el reino de Dios aparecería inmediatamente. Los discípulos a partir del momento en el que él se acercó a Jerusalén pensaron que el reino aparecería inmediatamente. Y entonces, estaban viviendo en esa expectativa. Y cuando la multitud arrojó esas ramas de palmera y esas prendas de ropa frente a él, conforme él entró ahí montado sobre la asna, y gritaron ¡Hosanna, bendito es el que viene en el nombre del Señor! ¡Hosanna al hijo de David! pensaron que todo esto era parte de preparar al pueblo para el reino. Y después conforme él entró al templo y limpió al pueblo pensaron que esa era la limpieza de los hipócritas, y ahora conforme él dice que va a venir en juicio, piensan que va a ser la purificación de Jerusalén que ellos creían iba a pasar. Y después, entonces él iba a venir en el nombre del Señor como su Rey.